jueves, 3 de noviembre de 2011

PROYECTO CURRICULAR REGIONAL

PROYECTO CURRICULAR REGIONAL



El Proyecto Curricular Regional asume un modelo curricular por saberes. Los saberes son producto de experiencias eco socioculturales e históricamente acumuladas por el hombre andino.
El currículum, es siempre una respuesta a un modelo de inteligencia sistematizada de una sociedad. Las sociedades no son uniformes, ni poseen un pensamiento único, sino que tienen sus propias concepciones de inteligencia. La realidad del surandino, tiene su propia concepción de inteligencia, y la misma se estructura en torno a la noción de los saberes. Los mismos como construcciones históricamente acumuladas tienen un valor praxiológico en la organización del conocimiento y su aplicación en la generación de nuevas experiencias tecnológicas, científicas, y otros conocimientos.
Existen modelos curriculares que responden a determinadas concepciones de inteligencia sistematizadas en torno a competencias o capacidades, las mismas que no corresponden a la realidad de los niños aimaras, quechuas y amazónicos. Por lo tanto, las teorías de Jean Piaget, que son sistematizaciones de la inteligencia de niños ginebrinos, o la teoría de D. Ausubel que son generalizaciones del aprendizaje de sujetos norteamericanos; las teorías de Lev Vigotsky que son construcciones científicas de la realidad de las personas rusas no se corresponden cualitativa y cuantitativamente con las formas de construcción de los aimaras, quechuas, amazónicos o mestizos. Por lo tanto, las concepciones de inteligencia de los andinos son construcciones holísticas y experienciales a la que subordinan las formas de eficiencia social, y no son eficientistas e instrumentales como son las concepciones de inteligencia occidental, las que se emplean a partir del supuesto de que las verdades son universales.
El modelo curricular por competencias o capacidades introduce una oferta curricular estructurada en torno a un modelo de inteligencia que no se corresponde con la inteligencia de los peruanos. Por lo que el Proyecto Curricular Regional asume el modelo de inteligencia andino, entendiendo que como lo demuestran las investigaciones psicológicas transculturales o interculturales que existen fluctuaciones, variabilidades, diferencias en los procesos cognitivos en función de las variables culturales, incluyendo factores sociales y ecológicos.

PACHAMAMA FUENTE INAGOTABLE DE VIDA.


En quechua y aymara Pachamama lingüísticamente significaría Madre Tierra, pero para el campesino de esta zona no es solo el terreno donde se siembra o cosecha, si no significa todo lo que recibimos de una madre generosa y fecunda, por que no tiene limite como la vida, por ello Pachamama no es solo los frutos que produce la tierra luego de haber sido sembrados en ella (papa, oca, quinua, cebada, etc.) o sin haber sido sembrados en ella (pasto, leña, etc) si no también es la autora de la creación andina que comprende la creación artística (danzas agrícolas, música para las danzas agrícolas entre

otras) y comprende también la creación artesanal (tejido, confección de prendas, etc.) con lo que se da un modo de organizarse en familia y en comunidad, de ahí la fecundidad y generosidad de la Pachamama.
La Pachamama nos da la vida comi una made, con sus productos nos da la vida para compartir uno con otro y asi podemos vivir en Paz, ella es Santa por que nos da la vida, nosotros la cuidamos para que produzca mas y mejor, le hacemos ofrendas en común con cocas y dulces que se queman, se derrama vino u otras bebidas en ella, nos arrodillamos rezando para que vivamos tranquilos, en carnaval expresamos la alegría por la papa nueva que es para nosotros tener comida y en Pentecostés nos alegramos por la papa grande que significa que hemos terminado la cosecha.

LA CRIANZA DE LA VIDA EN LA CHACRA


Es necesario resaltar una vez más, que los milenarios saberes de crianza de la chacra en los Andes, una de las pocas regiones en el mundo donde se originó una agricultura ritual, son manifestaciones de la peculiar manera que tiene el hombre andino de vivenciar un paisaje diverso, variable y denso.
Se dice agricultura ritual, porque el cuidado de las chacras y de las plantas que se crían en ellas, está lleno de manifestaciones de respeto y cariño familiar. Antes del barbecho, de la siembra, aporque y cosecha se pide permiso a la Pachamama (madre tierra) y a los luhuaranis deidades del lugar.

Además se siembra conversando, mediante las señas o lomasas, con las fases de la luna, con la floración de las plantas, con el aullido o cambio de color del pelaje de ciertos animales; se observa el vuelo de ciertas aves, el brillo de las estrellas, el sabor de las primeras lluvias, el color del viento, el olor de la tierra etc. etc. Se conversa sobre las condiciones del clima, si habrá poca o mucha lluvia para de acuerdo a estas señas, criar las chacras.
Para el campesino criador de diversidad, todo es seña, incluso el estado de ánimo del mismo runa (humano) al momento de la siembra es seña. Hay que estar alegre y sin desgano.
Los campesinos del altiplano puneño conocen cerca de 300 señas para la crianza de la chacra.
Se conversa con las señas en todo momento del año. Especialmente con aquellas que nos «dicen» sobre como viene la intensidad y frecuencia de las lluvias, durante el periodo en el cual crecen los cultivos. (Puquy uku). Esta conversación se hace más intensa durante el período seco y frío del año (Usyai uku) cuando descansan las chacras y antes de las siembras.
En esta época se visita los lugares «sagrados», se entregan las ofrendas a la Pachamama y a los cerros tutelares (Apus, Taita Wamanís, Achachilas, Auquis, ....) a las qochas, puquios. Todo esto son manifestaciones de un profundo respeto y cariño hacia las wakas, (deidades) que nos amparan y acompañan en la crianza de las chacras.
Sembrar en cada pequeña chacra una mezcla de especies y variedades de plantas, en diversas épocas (siembra muy adelantada, temprana, intermedia y tardía) y en múltiples y dispersas pequeñas chacras situadas a diferentes alturas, son evidencia de que los campesinos criadores de Fitodiversidad, conversan con el diverso, variable y denso paisaje andino, especialmente con la extrema variabilidad del clima andino (con sequías, vientos fuertes, granizo, heladas, excesos de lluvia etc.)
Julio Valladolid Rivera
PRATEC